Era una tarde cualquiera de miércoles y como el que dice de tomar unas cañas pues, nosotros: Mariano, José y un servidor, nos decidimos irnos de cuevas y nada menos que a pasar un sifón a la cueva de Valjunquera, así que dicho y hecho, (eso si las cañas no faltaron).
Nos juntamos en el parking de Plaza el día 20 a eso de las 18.00 horas a la cual fue nuestra sorpresa de coincidir con Jesús y el figura de Raúl que volvían de la Traconera y la Sima del Tubo, aunquel no nos quedo muy clara su historia pero bueno era su película y entre risas y unas birras (con moderación ) y comentarios de esos hombres algo dejaron caer de la sorpresa que luego comentare. Ya un poco tarde nos pusimos de camino un poco a ciegas y con la cosa de que al día siguiente había que madrugar e ir a currar…
Ya en la boca a eso de las 21h más o menos, se pensaba en la salida del frio que haría estando mojados y con ese cielo tan estrellado que presagiaba escarcha o helada.
Recorrimos ese kilometro entre galerías y algún que otro pasa manos y destrepes, llegamos a una primera gatera que era el comienzo de mojarse y probar la temperatura del agua a la cual fue nuestra sorpresa de encontrarnos con la mamá pato que previamente nos habían dejado estos 2 compañeros del club que no se les ocurrió mejor idea pues el cachondeo no faltó y ya José saco a toda la familia de espeleopatos y como no las risas y las fotos de rigor…
Una vez recorrido ese estrechamiento sifonado llegamos a otras galerías que merecían más la pena de ser apreciadas por sus formaciones marrones y blanquecinas. Seguimos el curso del rio hasta llegar al supuesto primer sifón pues no lo teníamos del todo claro pues nuestras reseñas estaban algo confusas ya que decían que se podía pasar con precaución pero no decían “bucear con precaución” , así pues una vez llegados a ese punto y con la adrenalina subida pero con la incertidumbre de no saber cuántos metros había que bucear puesto que en la reseña hablaba de 10 metros y no sabíamos desde donde partían dichos 10 metros o era el 2 sifón… tras varias intentonas de Mariano y comentarios varios, nos pusimos a pensar ya dejándolo estar y volver con más información. Se me ocurrió seguir tirando de la cuerda de los buceadores a ver su curso y no tiraba para abajo si no que bordeaba la piedra hacia arriba y seguía el curso del rio. Esto entre suposiciones y ya quedándonos fríos nos decidimos a cruzarla… animando ya a Mariano pues lo necesitaba tanto como yo y con esa seguridad y motivación que le brindaba me pego los 2 tirones como que había cruzado y decidimos esperar un poco. A José con el neopreno que le iba grande se quedaba frio y a mí lo contrario me iba prieto y me oprimía y mi capacidad pulmonar no era la correcta… así pues a los pocos minutos volvió y entre las alegrías y muy satisfechos por haberlo conseguido brindamos por volver en otra ocasión.
Ya de vuelta a cambiarnos a eso de las 12:30 o 1 no sentíamos tanto el frio puesto que nuestra emoción y satisfacción eran del todo un triunfo de un gran equipo donde no falto la aventura y, sobre todo, compañerismo.