Tras serias dudas acerca de la situación meteorológica (daban -15ºC de sensación térmica en Sallent de Gállego principalmente por los fuertes vientos que se preveían) y con el objetivo de estirar las piernas y desempolvar las raquetas de nieve, el sábado 28 de enero decidimos ir a ver si podíamos hacer alguna ruta sencilla. Tras un viaje rápido desde Zaragoza hasta Biescas, donde establecimos el punto de reunión de los integrantes de esta salida al monte, vimos que no hacía ni un ápice de viento allí así que nos pusimos en modo optimista y decidimos hacer la excursión que nos habíamos propuesto: El pico Pacino desde las cercanías de Sallent, a medio camino de Formigal.

Una vez reunidos todos nos montamos en un sólo coche y pronto empezamos a sufrir los atascos de tráfico derivado de la gran cantidad de coches que subían a las estaciones de esquí. Tras acabar esta situación con nuestra paciencia y, sobre todo, tras comprobar que en Sallent hacía un frío y un viento de mil demonios, decidimos cambiar de ruta y nos fuimos a visitar el ibón de Piedrafita y, si acaso, continuar hasta el arco geotectónico del mismo nombre.

Así, con un sol esplendoroso y sin viento iniciamos la marcha quitándonos la chaqueta por el relativo bajo frío. Fuimos por la pista hasta que nos metimos por un bonito bosque invernal que, remontando el curso de un riachuelo, nos llevó derechos al ibón de Piedrafita al que llegamos en torno a una hora después de iniciar la marcha y que estaba bellamente congelado (y todavía más embellecido por la presencia de Peña Telera). Tras contemplarlo un rato y ver cómo algunas personas no se toman muy en serio su propia seguridad (alguna se había metido dentro del ibon andando), decidimos continuar la marcha hacia el arco geotectónico. Iniciada ya la marcha comprobamos cómo el viento daba formas caprichosas a las nubes lenticulares, pareciendo algunas de ellas “montañas fantasma” en el horizonte. Llegamos al cartel que indicaba que la ruta se alargaría una hora más, pero nos costó aproximádamente una hora y media debido a que había muchísima nieve y a que tampoco estábamos con una forma física excelente que digamos.

Llegamos al final de nuestra ruta en torno a las 14.30 tras subir un fuerte repecho en el que había que andar con cuidado. El arco es una formación geológica preciosa decorada con algunas plantas en su fachada y en este caso, además, también con nieve sobre la misma.

Casi a las 15 horas y tras hacer fotos y comer un poco volvimos por donde vinimos y ya desde el comienzo del descenso nos despedimos del sol por lo que restaba de día al ocultarse éste tras las montañas. Hacia las 17h llegamos al coche tras pasar algo de frío la última hora en la que la ausencia de rayos directos del sol no ayudó tras la aparición de un viento moderado que venía gélido.

Fue, finalmente, un excelente día raquetero que se presumía complicado y frío.