Participantes: Ana, Pili, Javier, Jesús. (19/02/2021).

Comenzamos la ruta desde la zona recreativa del Raso de la Cruz, siguiendo las indicaciones del cartel “sendero PR-43”. La mañana estaba muy soleada, aunque andaba un poco de aire la temperatura era primaveral. Seguimos la pista con una pendiente suave unos 4,5 km hasta una explanada donde había un pequeño mirador. Ahí tomamos el sendero que sube hacia el pico “Cerro espino” que está a unos 1188 m sobre el nivel del mar. La subida al cerro tiene una pendiente de 300 m+ en 1 ‘5 km, bastante pronunciada y marcada en línea recta. Aunque la subida era dura el paisaje compensaba ese esfuerzo, se sube entre un bosque de pinos, hasta un sendero empedrado que te permite ver la sierra en todo su esplendor. Siguiendo dicho sendero se llega al Cerro Espino, desde donde se ven unas vistas espectaculares. desde allí se podía observar nuestro próximo destino en esta aventura, la caseta situada en la cumbre del Alto de la Nevera. Aunque seguía haciendo un sol espléndido andaba mucho aire por lo que había que abrigarse. Tras llegar al cerro comenzamos a bajar por un sendero arbolado hasta llegar a otro cruce de caminos y campo abierto. Tras descansar brevemente tomamos el sendero de subida a la caseta que está en el Alto de Nevera. En el tramo hasta el alto se recorre un camino pedregoso y estrecho entre las laderas de la montaña, recorridos unos 2 km nos encontramos de nuevo con una subida en línea recta hacia el Alto, breve pero intensa. Las vistas lo merecen, desde el alto de Nevera de nuevo observamos la sierra de Algairén y se puede disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza, es un lugar perfecto para comer.
Tras un breve descanso continuamos por la pista de asfalto que sale de la caseta hasta el siguiente punto, el pico Valdemadera inconfundible por las antenas que lo ocupan. El asfalto se convierte en tierra a escasos metros de empezar a caminar de nuevo, se pasa por una zona rocosa donde se visualizan lo que parecen cuevas no muy profundas. Con el sol de cara y con mucho menos viento llegamos a las torres eléctricas, otro sitio perfecto para disfrutar del paisaje. Desde allí tomamos un sendero de bajada hasta el merendero, se baja sin tregua, solo al final el camino se vuelve plano. Pasamos entre arcos de árboles y pudimos disfrutar de los paneles informativos colocados a lo largo de toda la bajada, sobre plantas y pájaros autóctonos de la zona.
Finalmente llegamos al merendero contentos de lo bonita que ha sido la experiencia en esta ruta circular.
Se recorrieron 14,5 km aproximadamente en 6 horas, haciendo paradas.