Cada vez quedan menos cavidades en el pirineo en las que se pueda contemplar formaciones de hielo en su interior, como cada año intentamos conocer una de ellas y en esta ocasión nos dirigimos a las faldas de la Peña Otal para conocer la Gruta Helada de Soaso. Para acceder hasta ella se puede tomar desde Linas de Broto una senda o una pista que remontan el barranco Sorrosal, en esta ocasión nosotros subimos con nuestros vehículos por la pista ya que previamente habíamos solicitado el pertinente permiso, de todas formas remontar por la senda es un paseo muy recomendable siempre que no lleves mucho peso como era nuestro caso. Eran las nueve de la mañana cuando nos encontramos en el comienzo de la pista Cristina, María Jesús, Beti, Chuse, Miguel Ángel, Javier, Alberto, Raúl y Gabriel, allí acudió José Mari que nos abrió la barrera que existe. Remontamos la pista hasta sobrepasar unos cientos de metros el refugio de Sorrosal, aparcamos los dos vehículos en un ensanche y nos preparamos para comenzar el ascenso hacia el impresionante circo al fondo presidido por la peña Otal y cuya vista es privilegiada desde este punto. Repartimos el material y comenzamos la subida que aunque no tiene dificultad en sus últimas rampas la pendiente se hace más dura, en poco más de hora y media estamos en la boca, bueno en la cuerda que nos ayuda a ascender a la boca de la cueva, ya que esta se encuentra unos diez metros por encima del suelo, por ello nos colocamos todo el equipo y comenzamos a subir, cosa que se hace un tanto complicado ya que en la parte más expuesta la cuerda esta dentro del hielo y no se puede usar, pero aun así todos remontamos sin mayor dificultad. Ya todos en la boca comprobamos que es un tubo de presión de grandes dimensiones y justo en su comienzo nos deleita con la primera estalactita de hielo que casi forma una columna, allí todos nos fotografiamos con ella a la vez que albergabamos muchas esperanzas de ver muchas formaciones de este tipo. Comenzamos nuestro incursión por la galería que al poco se colmata, este paso se puede atravesar por encima aunque lo más rápido y seguro es hacerlo por abajo, casi inmediatamente ascendemos hacia la parte alta de la galería donde nos encontramos un pasamanos instalado en fijo que salva el desfondamiento de la galería; es aquí donde nos damos cuenta que las paredes de la cavidad están congeladas, esa clásica humedad que hay en todas las paredes de las cavidades aquí esta helada. Continuamos por un meandro bastante pulido hasta llegar a una rampa instalada con cuerda fija, el suelo de esta es de piedras sueltas por lo que se hace muy peligrosa, sobre todo para el que esta debajo, termina el rápel en un pasamanos que supera otra zona desfondada y que creo algún problema a alguno de nuestros noveles espeleólogos. Al poco una rampa da paso a otro pasamanos, en parte ascendente y en parte descendente, que ya vuelve locos a algunos de nuestros miembros, este finaliza en un rápel guiado que salva un pequeño pozo y que dependiendo de la altura del que lo vaya a usar es mejor no atarse a la guía ya que al llegar al otro lado esta colocado muy alto y alguno no llega al suelo con sus pies. La galería se agranda de tal manera que parece una sala, en cuyo fondo hay un pozo con cuerda instalada en fijo y en cuya cabecera nos mojamos de lo lindo ya que cae de arriba una pequeña cascada de agua, este pozo nos deposita en otra sala cuyo suelo es un gran bloque de hielo con una bonita columna en medio, poco a poco vamos llegando todos e intentamos ayudar a los que no tenían crampones (raro ir a una cueva de hielo sin ellos, pero más de uno así fué) por lo menos una foto aunque los tortazos fueron muchos estos no llegaron a mayores afortunadamente. Descendimos por la lengua de hielo hasta colocarnos debajo de la gran masa helada, por supuesto unas fotos y a buscar la continuación, que la encontramos trepando unos metros por una rampa de tierra hasta una gatera por la que soplaba abundante corriente de aire, pero decidimos no continuar ya que la mayoría ni siquiera habían llegado hasta allí. Volvemos a subir sobre la lengua de hielo y mientras los compañeros suben el pozo Chuse y Raúl se adentran por una galería descendente con muchos bloques y piedras sueltas y después de un complicado destrepe llegan a un pozo de unos cinco metros que no pueden descender por falta de cuerda ya que al ver que estaba la cavidad instalada habíamos dejado todas las nuestras en el exterior, en fin otro motivo más para regresar otro día. La salida se realizó escalonadamente y estabamos en el esterior justo en el momento en que el sol se comenzaba a ocultar tras las montañas, descendimos a los coches y cuando nos estábamos cambiando y comiendo un poco se nos hizo de noche, descendimos con los vehículos por la pista y finalmente nos tomamos unas cervezas en el bar de Linas de Broto para dirigirnos cada uno a nuestra casa.

Datos obtenidos con receptor Garmin Etrex Vista C en la base de la pared, la boca esta unos diez metros por encima.

Fotografías de:

Raúl García
Javier Vallejo