Ya llevábamos días esperando volver a Cantabria, los que ya habíamos estado anteriormente, y con muchísimas ganas de ir los que nunca habían ido. Salíamos de Zaragoza el viernes 18 de mayo a las 4 de la tarde, después de preparar el último material que faltaba por coger del club, y después de un buen viaje de unas 4 horicas llegamos a Ramales de la Victoria, localidad donde se encuentra el albergue de la Federación Española de Espeleología en donde nos alojamos.
Allí ya nos juntamos los que salíamos de Zaragoza, Silvia, Víctor, Javi, Henry, y yo Rafa, allí nos juntamos con Chipi, Juanchi y Francesc que ya habían llegado por la mañana, dejamos los bártulos y aprovechamos para ir a ver el local de MTDE. Ya por la noche llegaron el resto de los compañeros, Javier, Alejandro, Miguel Angel, Abel, Chuse, Maria Jesús, Mario y Beti, y unos compañeros del Club de Montaña Pirineos. Una vez todos allí y después de la cena, empezamos a preparar la organización de los grupos para realizar la travesía de entre la Sima de Tonio y la Cueva de Cayuela.

Tal y como se concreto, el sábado nos levantábamos a las 7 de la mañana, y después del desayuno partimos hacia la cavidad, serian las 10 cuando dejamos los coches en el aparcamiento de Tonio y en media hora o poco mas llegamos a la boca superior del sistema.
Una vez allí ya empezó a bajar el grupo de Javier con Miguel Ángel, Abel, Alejandro, y Pedro del Club Pirineos, serian las 12 de la mañana cuando entraba el primero, después de ellos iba un grupo del club pirineos, después de discutir un poco 2 de ellos deciden no entrar y ver la cavidad por la boca inferior, ya que no llevaban el equipo completo y no andaban muy bien de conocimientos sobre técnicas de progresión vertical, dada esta situación muchos de los que no habían entrado todavía, deciden no meterse al sistema dado que se iba a tardar muchísimo y las condiciones que se estaban viendo empeoraban, no saber montar el stop o usar el puño y croll para ascender, entonces, Javi, Víctor, Chipi, Beti, Juanchi y las compañeras del Club Pirineos, se dieron la vuelta, ya que a una de ellas le estaba viniendo grande la situación, agradecer sobre todo a Beti, Javi, Chipi y Víctor su templanza y convencer a aquellas dos chicas de que no entraran, recogieron y entraron por la parte inferior.

Una vez ya decidido el grupo del Club Pirineos entra al sistema y tras ellos, vamos nosotros en un equipo de 6 personas compuesto por, Chuse, Mª Jesús, Mario, Henry, Silvia y Rafa, yo fui el último en bajar y era la 1 del mediodía cuando me metía, entonces empezó a llover fuera.
Una vez dentro, los pozos se sucedían uno tras otro, al poquico alcanzamos al grupo que llevábamos delante, pero en el pozo de 50 volvimos a dejar tiempo entre medio, increíble la diaclasa vertical, y uno de los lugares mas divertidos. Dado que íbamos tanta gente y la progresión no fue ligera, las horas se pasaban esperando en las cabeceras de los pozos, en uno de ellos y después de un par de cigarros allí, de los nervios, me di cuenta que me querida saca heredada estaba a puntico de rasgarse del todo y perder mi material, gran favor me hizo Silvia, mi hermana, que subió con una saca medio llena, para recoger mi material y volver para abajo, gracias.

Las horas seguían pasando y la lentitud iba creciendo, ya llevábamos 6 horas en el pozo de entrada, y el tabaco se acababa. Al fin Chuse ya dijo: “esta es la última cuerda” y a todos creo que se nos cambio la cara, y dejamos escapar alguna sonrisa. Es la salida mas bonita a cualquiera de las cabeceras, accedias por una gatera por un pasamanos, y al final aparecías por una ventana justo en el techo de una gran sala, descendimos en un volado unos 20 metros por medio de la sala inmensa, desde allí reconocí la voz de Javier, y creo que cuando me vio también se alegro de saber que ya estábamos todos, coloque el descensor para empezar el rapel y empecé a disfrutar de la bajada más chula de todo lo que hasta ahora habíamos visto, caía ya agua hasta por la gatera de donde nosotros salíamos de todo lo que estaba lloviendo afuera, por casi toda la sala manaba agua del techo y paredes, espectacular, inmensa. Solté los aparatos de la cuerda y después de recuperarla, pedí la hora a mi hermana, eran las 9 de la tarde por lo que habíamos tardado en bajar los 280 metros de pozos 8 horas de reloj.

Una vez todos juntos, primero y ultimo equipo, el segundo equipo, del Club Pirineos, ya habían movido y estaban adelantados, en esa inmensa sala, comimos, bebimos, y estuvimos discutiendo situación que no debe volver a repetirse. También aprovechamos alguno para fumar, mientras contábamos batallas.
Al rato emprendimos la marcha pensando ya en salir, las galerías se ensanchaban, los techos se hacían invisibles, y las formaciones empezaban a aparecer. Y fue entonces cuando empezamos a ver lo espectacular de la travesía, pero dada la hora que era y las ganas de la mayoría de ir hacia la salida, casi pensando mas en el refugio que en lo que estábamos viendo. Al poco de emprender la marcha por la galería horizontal, nos encontramos al grupo del Club de Montaña Pirineos, en el suelo largos, casi sin luz, y esperando a que llegásemos ya que no tenían claro el camino. Allí ya nos juntamos los 14 que íbamos,y aprovechamos para hacernos alguna foto de grupo, mientras alguno se tomaba una barrita y otro se fumaba un cigarrico.
Las horas seguían consumiéndose y ya daban las 2, cuando llegamos a la bifurcación de donde partía la galería de el boulevard, que no vimos, Javier, Alejandro y Henry destreparon algo impensable pensando que era por allí, ya que las flechas no indicaban lo contrario, mientras, el grupo aprovecho para descansar un poco, al mismo tiempo, Mario y yo, decidimos que el boulevard no andaba lejos y nos íbamos en su búsqueda, la encontramos en menos de 5 minutos, asegurándonos bien de que era el buen camino llegamos hasta el único pozo de la galería horizontal. Allí me quede solo y fue Mario quien volvió a avisar al resto del grupo, a la media hora nos volvimos a juntar todos en la cabecera de aquel pozo. Pozo que sin exagerar casi tardamos una hora en rapelarlo todos, la verdad que no es que hubiera mucha soltura a la hora de colocar los aparatos. Mientras Alejandro saco una manta y nos metimos debajo Silvia, Mª Jesús, Alejandro y yo, al calor del carburo y bien apretados, ya se notaba el ambiente del exterior. Momento para sacar la ropa de abrigo e ir poniéndosela.
Después de andar por lo más grande de toda la cueva, llegamos al famoso pasamanos del cañón, otro obstáculo para la cantidad de gente que estabamos. Íbamos pasando poco a poco, y tal y como lo terminabamos, nos sentábamos a ver el espectáculo que era. Cuando todos acabamos de pasar el pasamanos y después de observar el resbalón de alguno, empezamos a subir una costera y el cansancio ya hacia mella en muchos de nosotros, cuando yo llevaba un poco mas de media rampa subida, se lo oye gritar a mi hermana: “Que hay un árbol”, entonces llegamos a la boca de Cayuela, eran las 5 menos cuarto de la madrugada. A las 5 y poco llegamos a los coches donde nos esperaban Víctor y Chipi, dormidos, y los compañeros del Club de Montaña Pirineos, nerviosos y bien despiertos.
Una vez despojados de tanto peso del equipo, y casi con los monos puestos, marchamos hacia el refugio. A ducharnos, preparar algo de comida caliente, y reponer fuerzas con la ayuda de ese vino que trae Chuse, que rico. A las 8 nos metíamos los últimos en el saco.

Mi especial agradecimiento a mis compañeros del Espeleo Club Zaragoza, por su templanza en semejante situación, por su compañerismo con inexpertos en la espeleo, y sobre todo por el hecho de haber ido hasta allí para hacer de guías.
De los errores se aprende, me dice muchas veces mi padre, y de este error de ir con gente que nunca había hecho espeleo hemos aprendido todos mucho.Gracias a todos por vuestra colaboración.

Gracias a Javi, Víctor, Henry, Beti, Juanchi (GEMBO), Chipi, Chuse, Mª Jesús, Mario, Alejandro, Miguel Angel, Abel, Javier, Francesc y mi hermana, Silvia, gracias.

Lo que no me ha gustado de esta salida ha sido que Javi, Víctor, Beti, Juanchi, Francesc, y Chipi no entraron por la situación vivida, pero tranquilos chicos que esto no vuelve a repetirse, que si no, montamos una empresa de guías.
RAFA

Fotografías de:
Mario