Aquel domingo amaneció soleado y María Jesús, Chusé, Chipi y Beti, que habíamos pasado la noche en el camping de Arbizu, a los pies del monte Beriaín, y tras recoger los sacos y preparar los trastos de espeleo nos dirigimos hacia el puerto de Lizárraga. Allí habíamos quedado con Javier, Silvia y Rafa.

Por fin nos juntamos los siete en el punto de encuentro y con nuestro vehículo con el correspondiente permiso del Parque Natural de Urbasa y Andía para circular por las pistas forestales que dan acceso a la Sima de Tximua recorrimos los aproximadamente tres kilómetros de la pista que sale hacia el oeste desde el puerto de Lizárraga.

Al llegar enseguida reconocimos el característico doble muro que rodea la boca de entrada con su pozo de unos 20 metros. Una vez abajo nos quitamos los arneses, pues ya no necesitaremos más nuestros equipos para continuar por la zona que queremos visitar.

Comenzamos a descender entre bloquees intentando encontrar el mejor paso y la ventana por la que se accede al lago. Ya durante la bajada vamos encontrando formaciones.

Nada más atravesar la escondida ventana ya aparecen fabulosas coladas y concreciones que caracterizan esta cavidad.

Hoy el lago estaba seco y nos quedaos con algo de pena por no poder fotografiarlo.

Desde el lago, seguimos ascendiendo con cuidado empapándonos de la belleza de esta cavidad.

Cuando decidimos que ya teníamos suficientes fotos hechas retrocedimos sobre nuestros pasos para salir.

En la base del pozo estaban nuestros equipos. Uno a uno fuimos subiendo y ya fuera dimos cuenta de nuestros bocadillos disfrutando de la maravillosa tarde que os ofrecía la sierra.

Cervezas y refrescos en el establecimiento que hay en el Puerto de Lizárraga y vuelta a casa con nuestras cabezas planeando la próxima visita a tierras Navarras

Texto: Beti

Fotos: Chipi