Ya había comenzado 2018 y todavía no nos habíamos metido en ninguna cueva, así que hicimos un pensamiento y decidimos entrar en alguna, aunque fuese pequeña. Y así hicimos; el domingo 21 de enero salíamos desde Zaragoza 9 espeleólogos hacia Calatayud, dónde habíamos quedado con Mamen y Alex, buenos conocedores de la zona y de esta cavidad.

Nuestro punto de encuentro fue el Hotel Restaurante Marivella y a los que no lo conocíamos nos pareció un excelente punto a tener en cuenta próximo a la autovía y dónde tomar unos cafés, y buenos desayunos y almuerzos. Con eso de que la cavidad es pequeña y la actividad de hoy se nos presenta poco exigente y comprometida, remoloneamos bastante y tardamos en arrancar, pero por fin nos dirigimos los 11 hacia Torrijo de la Cañada.

Una vez que tengamos la Iglesia a nuestra derecha giraremos hacia la izquierda para cruzar el Río Manubles y continuar por esta pista hasta dar con la que en dirección noroeste nos dejará en una pronunciada curva de 180º con una zona amplia para poder aparcar varios coches. Nosotros venimos en tres coches. Nos cambiamos, y comenzamos la aproximación.

Entramos por la boca superior, de reducidas dimensiones, pero pasamos todos de sobra.

Fuimos descenciendo hasta la Sala Cerro Conejo, y de allí hacia el noroeste hasta hacer una parada en El Cruce para reunirnos todos y continuar hacia las galerías más septentrionales.

Es ahora cuando pasaremos por el paso más delicado de nuestro recorrido en el que tras una trepada le sigue una destrepada que accede a la zona de El Laberinto. Hacia la zona más alejada de la entrada Alex nos avisa de que estamos cerca de una colonia de murciélagos. Pasamos sigilosamente para poder observarla, algunos no se acercaron a verlos por miedo a molestarlos. Salimos de El Laberinto por el paso “sube y baja” y esta vez desde El Cruce, recorremos la ascendente y cómoda Galería 1892.

Al deshacer el camino lleno de guano pero sin murciélagos de esta galería, seguimos hasta la cota más baja de la cavidad. En realidad nadie bajamos hasta la base de ese pequeño pocete de poco más de tres metros, parece expuesto y poco fácil para entrar y salir.

Ya sólo nos queda ir aproximándonos a la salida, que intentaremos hacer por la boca inferior. Para ello ya no pasamos por la Sala Cerro Conejo, sino que antes de llegar a ella nos desviaremos hacia la izquierda (Noreste) para luego girar 90º a la derecha en búsqueda de La Gatera. A partir de aquí ya se nota más fresco el aire y se ven restos de vegetación del exterior.

Hemos estado unas dos horas y media dentro de la cueva. Ya sólo queda deshacer lo andado y volver a los coches para poder comer todos juntos en la ciudad de nuestros anfitriones.

Texto: ECZ

Fotografías: Jesús