Eran las 7.30 de la mañana del domingo día 24 de junio cuando Esteban, Javier y yo tomábamos rumbo de la tan esperada excursión a los lagos de Bious-Artigues. Esperada para mí, segunda excursión para ellos.
Zaragoza la dejábamos parcialmente nublada y según íbamos haciendo camino y nos acercábamos al puerto Monrepos las nubes negras cubrían con mas intensidad el cielo que nos habíamos propuesto ver azul. Aunque no soleado, el puerto Monrepos lucía todo su esplendor con el brinzón en flor.¡Amarillo brinzón que nos alegró el corazón!.
Una vez que cruzamos la frontera empezamos a ver el cielo mas claro. La carretera iba en descenso entrando en el valle d’Ossau, que presenta una extraordinaria variedad de paisajes que van desde la llanura a la alta montaña. Alberga importantes cumbres como el imponente Midi d’Ossau (2.884 metros), con impresionantes paredes considerado verdadero símbolo de los pirineos.
Llegamos al aparcamiento de la ruta de lagos Bious-Artigues a las 10 de la mañana. Una vez organizados y preparados empezamos a caminar hasta el lago artificial (donde hay una presa) situado a 1.420 metros de altitud. Desde allí nos dirigimos por un camino que es muy ancho el cual sigue el lago elevándose por el interior de un bosque, después de una fuerte subida llegamos a los pastos de Bious y tomamos el itinerario de la derecha que nos lleva por el interior del mismo bosque hasta llegar a un claro en el cual hay una cabaña de pastores. Continuamos hasta el final del camino el cual nos llevó al primer lago (Raumassot, 1.845 metros). Seguimos subiendo en zig-zag y llegamos al lago Gentoau (1.947 metros). Una vez llegamos a la altura de una señalización, tomamos un sendero a mano izquierda que nos levó al refugio del ibón de Bersau (2.075 metros), llegando allí a las 13 horas aprox. Caminamos un poquito mas bordeando el ibón y nos dirigimos a otro ibón donde encontramos un buen sitio resguardado para comer y dormir un poquito de siesta. A las 15 horas retomábamos una vez más el camino hasta llegar a un collado desde donde comenzamos el descenso, así bordeando y haciendo el circuito de toda esta serie de lagos, 8 en total. Esta segunda parte ya la habían realizado Esteban y Javier el 9 de junio.

Tanto en el ascenso hacia el refugio del ibón de Bersau, así como en el descenso hacia los pastos de Bious nos encontramos con lagos increíblemente bellos y siempre teniendo la presencia y referencia del Midi d’Ossau. Bien pareciera la cabeza de un oso recostado boca arriba y depende de que ángulo se mire, se le ven las imponentes fauces al oso de las cumbres.
Una vez de vuelta en los pastos de Bious, tomamos la senda de regreso al lago artificial. No después de caminar mucho, nos desviamos por un sendero a mano izquierda; el cual, a través de un frondoso bosque que rodea el algo, nos llevó hasta la presa, cruzándola a través de un acceso de cemento, así llegando al mismo punto de

partida de la mañana.
Como fauna hay que destacar los osos, ciervos, marmotas, pájaros de agua, alondras, aves rapaces. Libélulas, mariposas, salamandras y muchas otras clases de insectos.
Árboles más comunes las hayas, nogales, robles, abetos, pinos y las flores como el rododendro, margaritas silvestres, diente de león, …
A las 18.30 horas estábamos de vuelta en el coche. Una merienda sustanciosa cerró la hermosa excursión en tierras francesas.
La temperatura durante todo el día fue muy agradable, sobre todo al fin de la tarde, y para disfrutarla prolongamos un poquito más el descanso merecido antes de tomar rumbo de vuelta a Zaragoza.
Vuelta a casa, a los quehaceres y obligaciones de la semana. Pero ésta será diferente, los lagos y las fauces del oso nos acompañarán hasta la siguiente excursión.
Quedo muy agradecida a mis compañeros y amigos de montaña, por haber organizado a propósito esta hermosa excursión, aún cuando ellos ya la habían realizado hacía quince días.
Zaragoza, a 25 de junio de 2007. (M. Arias)